Jamás me atrevería a compararos con él,
decir que es único me convertiría en una mentirosa,
torres más altas cayeron. Eso debe pensar la Torre Picasso a la sombra de un Skyline iluminado.
Fue toda una casualidad planificada, quizá debí haberle dicho "llevo más de un rato esperando".
Sé que él piensa que llegué seis meses tarde y aun así me daría cinco minutos más de cortesía.
Nunca seréis él.
Podéis intentar fijar la mirada en la misma peca donde la fijo él, pero sus ojos se clavaran siempre a dos escalofríos más profundos que los vuestros.
Nunca cantaría vuestras canciones como me gusta dejarme en ridículo con las suyas y jamás me haría pequeña en vuestros brazos, que ya tengo tres casas, porque no me dejaríais pasar sin permiso. Porque no me dejaría, porque la jaula se ha convertido en balcón.
Podéis intentar que sea sincera pero solo él sabe que miento. Nunca os pediré un abrazo o intuiréis que estoy sonriendo cuando ni siquiera me estáis viendo. No querré preguntaros si estáis dormidos, ni querré pasar más de ocho horas con vosotros durmiendo.
No sabríais hacerme reír y jamás os permitiría que me dijerais que no llore. Podríais dar la cara por mi pero no os la partiría a besos. Nunca sería el perro de Pávlov con vuestro nombre.
La música es solo música con vosotros,
el café sabe descafeinado sin él,
el tabaco es solo un vicio con vosotros
y aunque durmiera con vosotros, le daría los buenos días a él.
y no porque sea injusto para vosotros,
sino porque jamás compartiría con vosotros su nombre.