martes, 30 de septiembre de 2014

Tía, chat ya


La pena no se crea, sólo te destruye.
Se te agarra a la cabeza para dejarte a corazón descubierto,
exterioriza los sentimientos
y te impide comunicarte porque por dentro estás chillando.

No me ahogo en un vaso de agua,
sino en cada charco de gris.
No hago montañas de granos de arena,
que ya hay suficientes acantilados desde los que asomarse.

Debería haberme bajado en Atocha,
debería haberme quedado en Madrid.

Necesito un abrazo que acabe en amistad,
un poeta de guardia,
un día que desde el principio no sea flojo.

''Todo va bien'',
repetirlo no lo hace más real.
Las flores de máquina expendedora
nunca olerán a primavera.

Soy una débil,
soy un alien,
soy una yonki emocional.

O igual simplemente, al igual que Nietzsche, sólo soy humana.
Demasiado humana


2 comentarios:

  1. Los charcos son para pisarlos.
    Y, cuando Madrid son personas,
    siempre, siempre, siempre,
    deberíamos habernos quedado en Madrid.

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  2. BELLA
    poesía
    y vos

    hasta pronto
    /nuestro abrazo :)

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