viernes, 14 de marzo de 2014

El dolor es relativo, no preguntes si te va a doler


La primera vez que fui a tatuarme iba con los bolsillos cargados de tópicos y un puñado de dinero al contado. Recuerdo haberme puesto temblando frente al tatuador y más que decirle, chillarle: `` Si me desmayo por el dolor que no te importe, tú sigue.''. Y básicamente esa viene a ser la filosofía que aplico a mi vida diaria. A veces me encuentro perdida preguntándome cuál de mis fragmentos late con más fuerza.

Tenemos un himen cerebral muy arraigado y somos incapaces de aceptar que a ninguno de nosotros nos salvarán las luces de neón. Hace ya un tiempo que tomé la decisión de comparar los momentos de felicidad con soplar las velas de tu tarta de cumpleaños. Y es que aún no he encontrado una sensación más pura, sencilla y gratificante que ver un grupo de caras sonrientes celebrando que estás vivo. Y por si no fuera suficiente se te permite cambiar el dióxido de carbono por un deseo. Reconozco que en este aspecto a veces hago trampas y los día que ya no puedo más vacío con violencia mis pulmones ,como si de alguna forma pudiera robar parte del deseo de otra persona que se encuentre frente a su tarta de cumpleaños ese día.

Siempre deseo lo mismo. Gemir sobre las azoteas, que me saquen a bailar y caminar descalza sobre el asfalto aún tibio las noches de verano. En su defecto, también me vale hacerlo sobre la arena de la playa.

Las malas decisiones y las veces que dije `` te quiero'' antes de tiempo me gusta diluirlas y apurarlas  con hielo las noches que me encuentro mirándome hacia dentro sin ganas ni posibilidades de irme a dormir. Soy el insomnio de Jack y un puñado de sueños rotos adictos a la nicotina y a darme la espalda ; por eso dormir se ha convertido en acto-reflejo de dejar caer los párpados a una hora determinada. Y nos nos engañemos, esa hora suele ser más tarde que pronto.Si me quedo soñando despierta, me imagino borracha cerrando algún bar y apestando a sexo; pero hace ya tiempo que mi ganzúa no sirve para abrir los paraísos de Madrid. Y de ninguna parte del mundo en general.

Hay promesas que suenan a amenazas al pie de un acantilado y gente que ha aprendido a besar con un tutorial  de Judas en Youtube. He conocido a mujeres con un infinito de personalidades y lamento decir que cada una de ellas han acabado cayéndome igual de mal. Yo también tengo lo mío, por eso escribo. Pero a veces hacen días preciosos para levantar la voz y que vengáis a ahorcarme con mis propias cuerdas vocales.

La letra con música entra, así que ya podéis guardar de una vez vuestros cuchillos. Que corta cien veces más el filo de vuestros dientes apretados ; como si os estuvieseis aguantando las ganas de justificar una respuesta, o un insulto. Cabrones.

No tengo nada que envidiar a la primavera. Tengo una par de tetas pequeñas pero bien puestas y una espalda llena de lunares que contar. Ya pediré cita con vuestra secretaria.

Os veo complacientes, satisfechos por follar una vez al mes y me entran ganas de daros un besito en la frente y deciros que la vida no es solo eso.

Tampoco pretendo ser la heroína de nadie, pero siempre he defendido que en la vida hay tres cosas que se necesitan a tiempo: un abrazo, un porro y un par de ostias. Y os diré que los golpes colocada generan ecos, pero que llevo toda la vida con los brazos abiertos; con salidas para todo  y esperando que alguien llegue y me diga :`` vengo a quedarme''

Recoged, que nos vamos.

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