''Ella pisaba descalza los suelos de Madrid,
recordando cada baldosa,
cada piedra que se le clavaba en la piel.
Cada último minuto.''
El Poeta Feo.
Hoy he pensado mucho en ti.
Me he acordado de aquel día que quedamos para tomar algo en una terraza antes de que me fuera.
Era principios de septiembre y yo te hablaba de Irlanda con la boca llena de kikos,
tú te limitabas a mirarme fijamente con las cejas muy levantadas
y pedías una cerveza tras otra.
Te eché en cara la última discusión,
bueno claro, la última de ese mes.
Pero es que sabes muy bien que no me duran nada los enfados
si me miras con esa carita de niño que ha roto toda la vajilla
y ha prendido luego fuego a los pedazos.
Quien juega mucho cerca del Mar acaba ahogado.
Y yo que he estado a pestañas de tus ojos azules
vivo mareada clavándole las uñas en la espalda a la tormenta.
No se si te echo de menos a ti,
a cómo era yo contigo
o a cómo éramos nosotros.
Sigo descalza, corriendo hacia ti
sin moverme del sitio.
En esa misma calle
que no se para ni para vernos tropezar.
Mal es escribir,
mal escribirte,
mal es el día que no me escribas.
Podemos quedar a perdernos por el intercambiador.
Quedar a besarnos en la puerta de todos los bares de poesía.
Quedar a dibujar sombras en el humo de los cigarros.
Quedar.
Que me quede de una puta vez.
Quedarnos,
y que nunca sea sin palabras.
Piénsame en caliente,
hazme en alguno de tus poemas.
Que se me han empezado a quedar los pies fríos
porque ''Winter is coming''.
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