lunes, 11 de noviembre de 2013

Mi casa rosa de muñecas


Algunas cosas son más maravillosas porque no duran
de niña deberían haberme hablado del hedonismo en lugar del príncipe azul

El placer por el placer
el egoísmo carnal
la vanidad y el narcisismo

Escribir como quien toca las teclas del piano
crear una nueva partitura

El temor a consumir un nuevo amanecer
a no ser nunca más amado
a jugarse todo al Azar con una moneda en la que sólo sale cara

La  libertad de unas manos que se enredan en el pelo
o en el cuello de cualquier camisa

La intensidad de las llamas
Cuando no ciegan ni queman

Y la utilidad de rezar para abrir el cielo de alguna boca
labios que se abren y desquician reclamando una libación

El juego del Miedo
donde siempre el último que llega es el ganador

Los distintos instantes de la vida, que es en si misma un instante
el verbo del Amor que es absurdo conjugar
y que pierde todo el sentido después de haber sido repetido muchas veces

La mueca que te devuelve cada mañana el espejo
las lágrimas de borrachera
la persona que crees ser
y los fragmentos hirientes de lo que realmente eres

El arte tras el que se oculta el artista
y los poetas con sus putas metáforas desgarrando corazones

El placer de repetir
de hallar felicidad más allá de la verdad

La manos que exploran un cuerpo
el sexo que conoce por primera vez la  boca del amado

La limitación latente en cada definición
el  placer de plantarle cara al Destino

Los viajes que  nunca haré
la  gente que no conoceré
las cosas que nunca seré
todo ese camino que discurre en mi interior

El inconformismo de estar siempre insatisfecho
los placeres inacabados

Las caricias en la espalda
los besos que pesan sobre la piel
el miembro que se yergue ante la presencia de un cuerpo desnudo

Las curvas de la mujer
las cuerdas de la guitarra
la realidad de las palabras
el sabor del veneno
el tacto de la música
el sonido de la venganza

Dar tu brazo a torcer a la tentación
la atracción de lo desconocido
la maravilla de lo efímero
la envidia de lo eterno

La muerte
la vulgaridad
la realidad personal, que nunca será explicada ni oprimida

La decadencia de la vejez
en la mente de aquél que aún recuerda la juventud

El concepto de la virginidad
la desactivación de la sexualidad

La delicadeza de lo vulgar
y de todo aquello que perdura incluso después de muerto

Los apetitos que se hacen cada vez más voraces a medida que son satisfechos
el camino a la desilusión
la abstracción del arte

Las pasiones, los miedos y los amores que hallan la muerte en su propia plenitud

El amante que es infiel
el tacto de aquello que es sagrado
el cerebro que se convierte en corazón
el ingenio que vence la soledad

El uso,el disfrute y la propiedad de las emociones

Nada de lo que queda aquí escrito tiene sentido,pues habla de todo aquello que en verdad desconozco pero que estaría encantada de amar.

Para acabar corrompida y eternamente enamorada de una vida sustentada a base de cinismo y autocomplacencia .

2 comentarios:

  1. Momentos magníficos, tiene este escrito, y otros que lo serian aún más si mantuvieran un ritmo, un acorde repetido.
    El fondo es bello, intenso y atractivo. Y constante. Pero en la forma hay desniveles evitables.
    Y la forma, Smurf, es tan importante…
    (Ves?...esto último, buen ejemplo de cinismo, corrupción del ser y arrogancia vanidosa)

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  2. Pero tiene tu escrito tantos matices, que requiere lenta lectura y comentario mas detenido.
    Lo hare con placer.

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