lunes, 4 de noviembre de 2013

Un diario de marcas en la piel



Odio a la gente que intenta imponer su opinión chillando, que me toquen los tatuajes sin permiso, bueno que me toquen en general,la gente que solo sabe hablar de política,que las farolas no me dejen ver las estrellas, la gente que huele a alcohol en el metro, los que no respetan los ceda el paso o no te facilitan la incorporación en los atascos.

Me saca de quicio que me abracen después de follar , ir de la mano por la calle, que me llamen de madrugada o que me digan un ``te conozco mejor de lo que crees''.Repelo la tecnología y más aún a aquellos que la usan para evadirse de la realidad, a la gente que no escucha y a los que interrumpen en mitad de una conversación sin saber realmente de que se está hablando.

No me gustan las películas mal dobladas, el buffering, ni ir al cine a ver una película con alguien que se ha leído el libro. Que me arranquen los puntos de sutura o remuevan temas del pasado.Tener que cambiar la ropa del armario en cada estación y que me muevan las cosas de sitio.

Me cabrea la gente que coge tus cosas sin pedir permiso,los niños que chillan y corren en los restaurantes y que la báscula marque un kilo más. La gente que mastica con la boca abierta, que estornuda sin taparse la boca y los que cantan villancicos. Las minifaldas, la gente que baila sobre las tarimas, la cerveza caliente y el garrafón.

Me desesperan las huelgas de metro, la gente que ocupa dos asientos en el autobús, llevar los cascos por la calle y que me paren a preguntar, el tono que emplea la gente para hablar a los bebes y que se quede comida en el plato.

Soy una maniática, una lunática, una quejica, una tocapelotas. Pero prometo que puedo  aprender a comportarme a cambio de desquiciar también tu vida. Lamento decirte que no tienes opción, porque ante todo lo que más odio ,es que me digan que ``no''...

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