domingo, 23 de junio de 2013

Que bonito es ser vulnerable



Tengo los  pensamientos dentro de la cabeza en ebullición, como si fueran burbujeantes explosiones y es que me da que se acerca el día en el que me levante con tus costumbres por encima, tu rutina por debajo y tus manías rodeándome.

Siempre que se habla de ti te conviertes en la excepción que justifica mi regla, y es que cariño aún me humedece el recuerdo del día que te conocí y ese calidoscopio que son tus tatuajes y tu sutil manera de mandarme a tomar por culo cuando te escribo a las tantas borracha y con mono de ti.

Posiblemente esta sea la última vez que decida escribirte.Ojalá que te tengan y no me dejen quererte nunca. Simplemente porque no está bien,muero cada día un poquito y en el fondo es normal porque nací para hacerlo, lo que no es normal es que deje a mi corazón en standby en el último beso que nos dimos.

Que quede claro que te quiero, ¿cómo no te voy a querer? siempre fuiste mi pecado favorito, un vicio por el que valía la pena avergonzarse y pedir perdón.Te tendré presente en mis versos más tristes y siempre serás mi folio en blanco de emergencia contra la autodestrucción.

Ojalá que no te hagan esperar hasta San Valentín para escuchar un te quiero,que no tengas que morir para recibir flores ,que te pongan el grito en el cielo solo si luego te ayudan a subir, que te pinten nuevos pasos de cebra y que nunca te suelten.

Pensaré en lo que pudo ser con el primer cigarro de la mañana, pero no te preocupes ahogaré las ganas de pedirte una nueva oportunidad bajo los cenicientos cadáveres  del cenicero.

Espero haber sabido despedirme sin perder las formas, al menos esta vez no he dejado caer mi determinación junto al sujetador a los pies de tu cama.Que te vaya bien,que te vayas bien.

Pero vete bien lejos porque ambos sabemos que estoy disfrazando con un adiós lo que en verdad es un hasta luego.