lunes, 7 de noviembre de 2016

Ese "ya está" me vale como eternidad




He soñado que me ahogaba.
Nadaba en círculos mientras mis lágrimas me llenaban la boca volviendo al ciclo del agua.
Ya nada dolía, por qué debería escocer si la sal no está obligada a curar las heridas que no nos ha hecho.

Al otro lado una niña le tira del abrigo a su padre y me señala con el dedo.
Me hundo y las risas tontas de la gente se convierten en ecos contra el cristal del tanque,
contentos de ver el último truco que tanto me ha costado aprender: hacerme la muerta.

No somos público, somos personas.
En el nosotros hay oculto un ellos.
Podemos ser un tú y un yo pero el objetivo es ser un nosotros.
Tú y yo no pueden ir nunca por su cuenta, en ese ellos está el egoísmo.
El océano, el océano inmenso que es un todo.
El océano que se hace pequeño y humilde, que se hace ola para llegar, para ser un nosotros.
Se lo dije, se lo dije en aquel beso.
Tanto amor condenado a no nacer que se hizo pequeño para acabar haciéndolo, que se hizo beso, que se hizo ola...
y nos trago cuando empezaron a sangrarnos las encías por masticar la culpa.

Ahora me escupe y yo escupo espinas,
porque el daño viene de fuera pero el dolor sale de dentro.
Tengo la boca cosida a cicatrices.

¿Veis este mordisco de aqui? Es la niña perdida cansada de seguir descansando.
Abre las fauces, tira con las manos de la piel hacia dentro y llora la sequía del próximo verano;
y la del anterior.

Frágil.
Espuma de mar y de rabia.
Aún no estoy muerta y alguien me cierra los ojos.
En la oscuridad sus gritos se convierten en ecos contra el cristal del tanque,
siguen riendo... aún no estoy muerta y las hienas ya se reparten los restos.

No somos público, somos personas
y aun así siempre estamos dispuestos a sacrificar a uno de los nuestros.




martes, 25 de octubre de 2016

Keep bleeding love




Señoras y señoritas, les traigo el secreto mejor guardado de la humanidad; y no, no me refiero a la fórmula de la Coca-Cola o a la edad real de Ana Obregón. Es algo que va más allá, un secreto posiblemente sólo conocido por la KGB y que jamás ha traspasado las paredes del Despacho Oval: EL PERIODO DE LA MUJER. ¿Creéis que es broma? Pensadlo por un momento,al precio al que están los tampones y las compresas es posible que lo que desprenden nuestros úteros no sea el endometrio, sino maná caído del mismísimo cielo.

Os pongo en situación, hoy he tenido que salir de la universidad en busca de tampones. Nunca me había parado realmente a pensar en el precio, prácticamente se había convertido en un reflejo automático al principio de cada mes, hasta hoy. Cuál ha sido mi sorpresa al darme cuenta de que podía cubrir mis "necesidades femeninas" por los pelos con 10 euros. ¡Con diez euros! con ese dinero puedo fumar durante dos semanas, más allá, con esos 10 euros puedes apadrinar a un niño de Mosul; de verdad os lo digo, preguntárselo a los chalecos verdes de ACNUR. Lo que estoy diciendo, es que si no tienes al menos 10 euros no puedes cubrir una necesidad mensual, que es prácticamente más bien una obligación. ¡La regla es un bien de lujo y nosotras sin saberlo!

Iba yo pensado en lo duro que es tener la regla a final de mes y en que la independencia económica y la menopausia deberían ir de la mano, cuando en otro estante me encuentro con otra sorpresa: hay paquetes de preservativos que cuestan la mitad que un jodido paquete de tampax. Vamos, que lo caro es tener vagina. ¿Cómo puede ser más barato un producto que siendo muy (y repito: MUY) optimistas ellos van a usar una vez al mes, frente a otro que nosotras necesitamos al menos 4 o 5 días a la semana mensualmente?

Quiero que me cobren las compresas a precio de hombre. En serio, alguna organización feminista debería convertirlo en su eslogan. Con el dinero que nos ahorraríamos durante toda una vida sin menstruación a los 50 años podríamos cenar todas las noches caviar, todas juntas con ese dinero podríamos pagarle los estudios a un equipo de fútbol. No lo hagáis por nosotras, hacedlo por Sergio Ramos. Igual así funciona...

Claro que, bien meditado, hoy en día no pagamos por un simple tampón o una simple compresa. No, estamos pagando por marcas. Marcas que crean compresas "cotton like", que te aseguran que si vas caminando por la calle un día de lluvia, tu compresa no va a encoger hasta el tamaño de un disco de desmaquillante. Tampones que prometen verdaderas gymkanas y aventuras paradisiacas inolvidables, aunque no te hayas movido del sofá de tu casa en tu puta vida. Compresas que te permiten hacer el pino o esconder toda una familia de arenques entre tus bragas, sin que vayas a tener una sola pérdida o dejes de oler como una mujer se supone que debe de oler. María Valverde ahórrate el cuento y el contoneo en la playa, yo lo que quiero es ver a un chica retorciéndose de dolor y comiéndose hasta el queso con moho de la nevera si con eso me aseguro un precio más barato, más real.

Hasta aquí el primer día de regla de este mes, no os seguiré manteniendo informados. Y recordad, quien tiene un tampón tiene un tesoro.




martes, 13 de septiembre de 2016

Las zapatillas de tela son para el verano




Veo la lluvia caer.
Desbordando ese vaso que siempre está medio vacío.
Golpeando una y otra vez.
Dardos contra la diana de mi cuerpo,
pequeños intentos de RCP fallidos.

Calándome de arriba abajo.
Un bautismo improvisado.
Una nueva estación.
Un nuevo comienzo.
Una oportunidad de lavar la vergüenza, el sudor, la derrota.

Aprieto los dedos contra la suela de las zapatillas
y ahí está, encharcándolo todo.
Cayendo en forma de pequeñas gotas del borde de mi capucha,
sin prisas, aburrida de ignorarnos.

Cae limpiando mis dos heridas abiertas,
como un plan de cultivo sobre tierra yerma.
Recordándome que hace tiempo que no lloro,
con la rehostia que me ha parecido siempre hacerlo.
Y quema, no como poner la mano en el fuego,
sino más bien como entretenerse hurgando en las cenizas.

Hace ya unos minutos que no me siento la mano con la que sujeto el piti,
tiembla incoscientemente, se sacude con violencia el agua como el animal que es.

Veo la lluvia caer.
Bombardea los tejados de la ciudad.
Una niña salta sobre el charco que se ha formado en el borde de la acera;
el asfalto también tiene sirenas.
Joder Madrid, nos invaden los buenos.

Veo la lluvia caer.
Las gotas que se deslizan sobre el cristal, como el vapor después de una ducha.
Puede que seamos nosotros los que estamos dentro de un espejo.
Hace unos minutos que ya no le escucho.
Observo al ser minúsculo que soy por dentro,
haciendo frente a su propia tormenta interior,
intentando entender por qué me hago esto.

Me arrastro a su lado, fumo, no sé cuántos gramos de alma estoy perdiendo.
Podría hacerme la muerta,
echarme en el suelo y ver si tanta agua me devuelva a la vida.
Ser raíces, flores y esperar que otro enamorado venga a tallarme.

Veo la lluvia caer.
Le observo.
"No me mires, que me borras"
Puede que sea eso,
puede que de tanto mirarlo haya borrado al chico que recuerdo.

Puede que como hoy solo haga falta esperar que la lluvia forme olas
y (valga) barran la pena.




martes, 2 de agosto de 2016

Génesis





En el principio le hablé del cielo
y me creó uno en la tierra.

Y a la tierra que estaba desordenada y vacía, le di un nombre, el suyo.
Y ya no hubo más tinieblas sobre la faz del abismo, y fue la luz.

Y vi que era bueno.


El segundo día separé las aguas que están debajo de los cielos y lo seco.
Y así fue, y descubrí el polvo, el barro y el color de la tierra.

Y lo llamó piel. 

Y vi que era bueno.


El tercer día puse en la tierra hierba verde,
hierba que da semilla y árbol que da fruto,
cuya semilla está en él.

Y así fue.

Y lo llamó ojos.

Y vi que era bueno.


El cuarto día le pedí unas lumbreras en la expansión de los cielos
para separar el día de la noche;
y que sirvieran de señales para estaciones, para días y años.

Y lo llamó manos.

Y desde entonces Madrid anda menos perdida;
y benditas sean sus caricias entre las de todos los hombres.

Y vi que era bueno.


El quinto día quise seres vivientes,
y aves que siendo suyas, pudieran de igual forma volar sobre mis tierras,
en la abierta expansión del cielo creado.

Y creó los grandes monstruos marinos,
y todo ser viviente que se mueve,
y toda ave alada.

Y a los de agua los llamó la boca y los dientes;
y de igual forma puso nombre a sus dedos y su sexo.

Y vi que era bueno.


El sexto día le pedí montañas y grandes campos que poder arar con las uñas.
Y porque tuviera islas le besé algunos lunares;
por eso ahora el agua del mar cura lo mismo que la saliva.


Y lo llamó espalda.

Y vi que era bueno.


Y acabé en el día séptimo;
y reposé el día séptimo sobre la obra que habíamos creado.
Y dormimos, comimos, reímos y follamos.

Y algunos lo llamaron pecado;

y nosotros lo llamamos domingo. 

jueves, 21 de julio de 2016

Prietita








Observando con aprensión cada uno de los rasgos de sus veintitrés años de vida
como si tuviera miedo a verlos alterarse en una mutación extraña.
Miedo a ver, un día, su propia imagen sola en la mesa, 
como los hombres de aquella cantina de Culiacán; 
y no llorar, y no reconocerse.

-"La Reina del Sur", Arturo Pérez -Reverte.




Estos, son los ojos de arrepentimiento de un domingo.
La sonrisa congelada de un lunes,
las manos de un viernes que te hace cosquillas en la cama,
la frente de un niño, que no entiende la religión, un miércoles de ceniza.

Estos, son los ojos que cruzan sin mirar un stop.
Los pies con ampollas de unos zapatos nuevos,
las manos callosas de quien sabe acariciar,
la sangre que gotea del primer diente que abandona la encía.

Estas, son las cataratas de unos ojos que no llegan a ningún mar.
Los dedos que te invitaron a soplar tu pestaña,
el pezón marcado de una blusa sin sujetador,
la lengua que busca el clítoris.

Esto, es el tacto de una cicatriz.
Un plato de comida caliente sobre la mesa,
una enfermera que encuentra la vena a la primera,
un toxicómano que decide olvidarse de las suyas.

Esto, es una víbora que no se atreve a besar por miedo a que la envenenen.
Un impermeable para el sudor,
un ombligo de resurrección,
el vaso de los ahogados.

Puede que sea eso, el miedo a no reconocernos un día.
El miedo a reconocernos demasiado en una caricatura abstracta.

Mirarse al espejo y pensar: "¿Tú quién coño te crees que eres?"

Puede que un día lo seamos todo.
O que como siempre, acabe como si nada.

martes, 12 de julio de 2016

Una cuneta con vistas al mar






Hoy ha llamado Rafa desde Canadá, dice que está bien, que sigue vivo.
Por fin tengo billetes para ir a ver a Fer
y planes para las primera vacaciones que se toma María después de mucho tiempo.

Hace demasiado calor para echarse la siesta,
dos niñas lloran peleándose por una pala,
un pequeño se resiste a que su madre le ponga el pañal.

Esta mañana mi hermano me ha sacado la primera risa,
no puedo confirmar la autenticidad de todas las demás.
He sentido una arcada con el primer sorbo de leche caliente,
me ha recordado a las mañanas de colegio,
mi padre repitiendo una y otra vez que me echara más o acabaría con osteoporosis.

Nervios, frío e indiferencia. El índice de abrazos sigue siendo negativo.
La gente puede cambiar en cuestión de horas,
todavía no sé levantar la vista en terreno hostil.

Jorge quiere quedar, es como si quisieran hacerme reír a base de cosquillas
porque en realidad no tiene ni puta gracia.
Me recuerda a Turnedo; "¿Quién no tiene valor para marcharse?"
Puede que porque fue él quien me la enseñó, puede que porque le llevó literalmente sobre la piel.

La una y media es mi nuevo día de fiesta favorito.
Al llegar a casa mi madre olía a champú, mi padre me ha dado un beso como siempre.
Creo que debería besar a ambos más a menudo.

Hoy le he hablado de sus ojos y no era mentira.
Me gustan de verdad, son el único detalle que recuerdo de aquel viernes.
Supongo que al igual que este martes, aquel día también tuve suerte.

Quedan 5 meses para Rafa, dos semanas para Fer y tres días para María.
Esperar es otro forma de querer.

Hace demasiado calor para echarse la siesta.
Mañana volveré a compartir ojeras con mi hermano,
mientras el afeita la curva de su garganta y yo cubro la de mis ojos.
Puede que mañana vuelva a hablarme tan a menudo como solía hacerlo.

Suena Nacho Vegas.
Puede que al final se pueda tener suerte un martes
o puede que efectivamente sea el día de la gran broma final.

lunes, 27 de junio de 2016

Mi historia trata de matarme cada cinco minutos





"Nos olvidamos de que quisimos latir como un sólo corazón
luchamos con la vida y perdimos todas las batallas y las flores"
-Alberto Rivas-



Si te asomas dentro,
hay una niña de 5 años con las rodillas raspadas 
que no se atreve a llorar.

Por fuera,
todo sigue siendo piel levantada, costras.
Como tierra arada llena de surcos;
nuestras lecciones serán flores.

Si te asomas dentro,
hay lagos de agua estancada.
Muertos de ojos vidriosos,
que descansan en los alveolos de mis pulmones. 

Náuseas, las bestias arrastrándose a la superficie en busca de aire.

Por fuera,
un náufrago pasea convencido de que no vale la pena volver a casa.

Ya lo dije una vez, llamé Ítaca a mi piel y prometió que volvería.

Un niño sumerge su barco de juguete en el agua de la bañera.
El Titanic vuelve a salir en las noticias 

Si te asomas dentro,
hay una colmena en la que la reina deja que el resto muera de hambre. 

Por fuera,
no es más que una oruga que no se ha ganado las alas.

Si escribo es porque me han dicho demasiadas veces que me calle.

Si te asomas dentro estoy yo,
el yo real,
el que quiero ser.

Por fuera, una carcel.

Una cárcel hecha a base de las etiquetas de lo que alguna vez otros han querido que sea. 

miércoles, 8 de junio de 2016

Lo sé.






Te quiero y esas bobadas que digo
cuando te quedas mirando
y no sé muy bien qué decir.

Tengo fiebre en cada punto de contacto
y unas ganas que se abren paso
rompiendo desde dentro las costillas.

Tengo miedo,
pero debe ser el mismo que se siente
al saltar atado desde un puente o un avión.
O eso sabría si no fuera por este vértigo tan selectivo.

Piel de lagarta,
que no está dispuesta a cambiar este verano.
De tu sudor, mis escamas de sal.

Me siento como en esa canción de The Wombats sobre Joy Division.

Este beso es un disparo en la frente,
el último deseo del día,
una boca repleta de serpentinas
preparadas para salir volando.

Te quiero y esas bobadas que digo
cuando me canso de contar tonterías
y te miro a la cara
y entiendo que tú también lo entiendes.

Eres tierra.
Parece que te hubieran hecho
en uno de esos hornos de barro.
Yo con mi vocación de náufrago
y mis ganas de inundarte de mareas todas las noches.

Tierra firme.
Como si crear vida
fuera cuestión de mezclar polvo y saliva.
Como mis manos echando raíces sobre tu cuerpo,
esperando ser lo suficientemente fuertes.

Ya no me obsesiona el futuro,
porque tú eres y es ahora.
Porque cualquier plan B,
será también contigo.

Ojalá ser el caramelo
al que le quites siempre el plástico con la boca.
No hay nada que me dé más ganas de llorar en la vida
que saber que jamás podré hacerte el amor por primera vez de nuevo.

Te quiero y esas bobadas que digo
cuando te miro
y descubro que tú ya estabas mirando.


lunes, 30 de mayo de 2016

De siempre



A veces me pregunto si he conocido alguna madre que acto seguido haya dicho: "no me gusta que te juntes con esa chica".
Si he sido motivo de discusión de mis padres en algún momento.
Si un desconocido me ha mirado con cara de preocupación.

A veces me pregunto en cuantas ocasiones he perdido una oportunidad.
Lo cerca que he estado de joderme la vida.
Si se la habré jodido en alguna ocasión a alguien.

A veces me pregunto qué estoy haciendo.
De dónde sale tanto dolor.
Por qué lo sigo permitiendo.

A veces las preguntas de otros.
El miedo a lo que ya sabrán ellos.

Esta necesidad de responder siempre "no sé".
La vista clavada en el suelo,
como si por casualidad fuera a encontrar las respuestas que se le han caído a otro.

Soy el guisante bajo el colchón 
que espera a ser notado, todavía con vida.

Una ciudad de charcos que huelen a orín y lágrimas,
y yo sin botas de agua.
Siento, y no obstante no es lo que debería.
Necia por buscar que sea lo que quiero, cuando no es.
A veces me pregunto si él piensa "en qué lío me he metido".

Algo no va bien.
Algo no ha ido nunca bien. 

Me pregunto cómo alguien puede estar harto del futuro cuando no ha sucedido todavía. 

La vida son los vomitos de otros que te obligan a tragarte.
Estoy de barro y mierda hasta las orejas y nunca os invitaré a mancharos.
Igual que no dejaría de meterme el caramelo en la boca sólo porque se ha caído al suelo.


lunes, 9 de mayo de 2016

Esto Tyler no lo sabía




Lo estamos entendiendo mal.
Mantenerse vivo, mantenerse humano.
Mi universidad ha sacado un anuncio en el que dice: "somos lo que hacemos";
y soy estudiante, pero ser estudiante no es Patricia,
y si hay suerte seré periodista, pero ser periodista tampoco lo será.

Las cosas son porque las hacemos,
luego habrá algunas que valgan más y otras que sean meros accidentes.
No soy un accidente, no soy mi carrera, no soy la gente que conozco, ni siquiera las cosas que amo.
Todo influye, todo desarrolla una personalidad y una vida,
pero podríamos no hacer nada y seguir siendo.
Porque lo estamos entendiendo mal.
Mantenerse vivo, mantenerse humano.

No resulta asombroso que alguien sea abogado, o panadero, o escritor.
Obviamente es admirable, pero si todo lo que puedes decir sobre ti es a qué te dedicas...
lo estamos entendiendo mal.
Con esto no quiero decir que haya que ser unos vagos o conformarse con lo mínimo,
sólo que las entrevistas de trabajo, los despachos, una presentación, el sueldo, la casa en la que vives, la ropa que llevas, no eres tú.
Porque definirme como que soy lo que hago, es lo último que haría.

Necesito un currículum en el que me dejen explicar que sí, que he aprendido cosas en estos años de universidad, pero que lo más importante que sé no lo he aprendido tomando apuntes. Que igual no sé usar el InDesing, o soy pésima con la tecnología, o hay palabras que ni siquiera sé pronunciar...
Pero sé que lloro igual que me río, sin cubrirme la cara.
Sé que hago mucho ruido,
que me encantan los chistes malos,
que soy quejica,
que me agobio por mí y por todos mis compañeros
y que al menos una vez por semana tropiezo con mis propios pies.
Sé cuales son mis limitaciones
y que a veces las barreras más grandes me las pongo yo misma.
Sé que a veces lo que más me gusta de mí es la gente que me rodea,
porque mucho de lo que sé es gracias a ellos.

Porque de María he aprendido que vale la pena salvarse (y casi todo lo que sé de querer al prójimo), de Sara el valor de la distancia, de los te quiero, de un abrazo, de Carlota aprendí cómo convertir una ciudad que no es la tuya en hogar, de Nerea cómo llorar de la risa, Rafa me ha enseñado a tener paciencia, Ana que no vale la pena criticar,  de Nacho he aprendido a echar de menos, de Pablo que ser un poco sociópata no está mal, de mi padre la fuerza, de mi madre la compresión, de mis hermanos la amistad.

De él, que acaba de llegar, y me está enseñando a no tener miedo.

Sé que lo que hago no es lo que soy, porque sé estas cosas.
Lo estaba entendiendo todo mal.
Perdón, pero es que todavía estoy aprendiendo.

martes, 19 de abril de 2016

Cada uno cuida de si mismo

¿Acaso crees que el terrorista ama a la humanidad?
¿Qué los mata  para salvarlos?

-El francotirador paciente.





Durante un día entero lo pensé.
Acabar con todo, desaparecer.
Ir hasta Méndez Álvaro 
y coger el autobús que me dejara más cerca de la costa,
con los 20 euros que me quedaban. 

Y caminar
y caminar
y caminar...
y romperme donde se rompen las olas.
Dejar de ahogarme.
Crecer.

Olvidarme hasta de sonreír,
para que alguien vuelva a enseñarme cómo hacerlo.

Y callar
y callar
y callar...
y llorar con la cabeza bien alta.
Separar los pies del suelo.

Ser tierra, mujer y redescubrir el sentido del tacto.

Quería dejar de estar triste.
Dejar atrás las caras apáticas de la gente.
No volver a escuchar la megafonía del Metro. 

Quería mi piel siendo mi piel sin otro cuerpo.
Olvidar la salud mental.
Curar lo mejor que quiera, 
convertir antiguas cicatrices en patrimonio de la humanidad.

No hay nada más humano que haber sangrado,
masticar el óxido y relamerse la sal de los labios.

Quería dar el discurso de despedida más corto de la historia.
Recoger todas las piedras que alguna vez me habían tirado
y edificar con ellas los pilares que me mantengan en pie.

Quería reírme en mi cara,
cruzarme la cara,
dar la cara ante mi;
y decir que no siempre tenía la culpa de lo que había pasado.

"No busco un mundo mejor, sé que cualquier otro de los posibles es aún peor que este".
En mi defensa diré que siempre elegí vivir.

jueves, 17 de marzo de 2016

Espuma de rabia en el café



Antonio Vega nunca explicó si la chica de ayer era también la del día anterior,
y la del anterior al anterior y la del siguiente.
Y en caso de que sí, qué tuvo que prometer para que volviera.

A veces el egoísmo es la única manera de pedirse perdón a uno mismo.
Si echo cuentas, ya no echo en falta nada, ya no me falta nada.
Salvó quizá hierro y algo de serotonina;
en realidad soy una blanda.

Creo que le debo algo a alguien.
Puede que un poema menos triste,
puede que nunca les debiera escribir.

Dar gracias es siempre buena señal.
Suele ser síntoma de que aún alguien se preocupa por ti.
De que queda algo a lo que agarrarse.
De que vale la pena estar tan vivo.

No le veo nada malo a perder, salvo quizá la salud.
Creo que todo el mundo lo ha experimentado en alguna de sus variantes.
No pasa nada si no todo pasa;
porque sí se olvida.

Nadie hablará de nosotros.
Me aferro a la certeza de respirar el mismo aire que otro ha exhalado,
el despiste de haber robado algún suspiro por error.
Deambulamos en espacios creados de recuerdos.

Espero que nunca me pidan explicar una mentira.
Espero que nunca me vean sangrar y antes de besarme la herida,
se paren a preguntarme si estoy vacunada del tétanos.

Espero que nunca me tiren de la lengua solo para acabar usándola como soga.
Que abrazar y estrangular implican los mismo, pero con distinta rutina.
Que si aprieta no es el tuyo, ni el de tu vida.

Sólo me pongo seria para escribir,
por eso siempre me marcho cuando las cosas se ponen serias.

viernes, 11 de marzo de 2016

Estamos esperando a Godot




Perdón por llegar tarde, pero no pedimos nacer.

Que se me lleven los cuervos, cuanta más gente conozco menos humana me siento.
Hablar,hablar,hablar...
Como si mis palabras fueran un libro de instrucciones.
Como si nunca me hubieran enseñado a mentir.

Repito la misma canción de seguido,
pero lo que a mí me duele no se pega.
No soy quién para juzgaros, pero que nos quiten lo opinado.

Sé que tengo unas ganas preciosas,
pero por favor, dejad de empeñaros en quitármelas.
Quizá llegue a vieja pero jamás seré adulta.
No me deis por muerta hasta que llame para reírme de lo que os habéis perdido.

No me gritéis, que por decirlo más alto no lo estáis diciendo más claro.
Cerrad la boca, las heridas abiertas me dan derecho a pasar.
De vosotros.

La vida a nivel supervivencia, no miro atrás por miedo a los libros a medias.
No eres tú quien pisa la ciudad, es ella la que te pasa por encima.

No sé si realmente me conozco
o simplemente me acoplo a la opinión que el resto tiene sobre mí.
Y aún se me exige que vaya por la vida con una puta sonrisa,
como si alguien estuviera a punto de hacerme un favor.

No sabemos nada y aquí seguimos,
fingiendo que lo sabemos todo,
demostrando que somos los putos amos de la mediocridad humana.
Un par de hostias les daba a vuestros cánones de belleza.

Cría cuervos y la gente dirá que han sacado tus ojos.
Eso deben de pensar mis padres.

Ojalá mirlos.
Ojalá que esta sensación de eternidad sea precisamente la que me lleva a la tumba.


lunes, 15 de febrero de 2016

Estenopo



Esta noche he soñado contigo,
ha sido lo más parecido a que me aplasten la cabeza contra el suelo.
Yo que siempre tengo las defensas bajas,
las marcas de mi piel no dejan de ser una señal luminosa de "abróchense el cinturón".
Tú con toda esa violencia sin sujeto ni predicado,
sin saberlo,
lo único que queda en la cama son los restos de sueño.

Derrota e inestabilidad.
Esta noche yo era la única diciendo : "Bonita, yo te quiero".
Me habría gustado acariciarme el pelo
pero tenía las manos ocupadas en un terremoto magnitud 9,5
para no dejar testigos.

El subcosciente tiene sus propios sentimientos.
Me siento como si me hubieran dejado bailando en una discoteca a oscuras
y me estuviera abriendo paso a cóctel molotov.
Anoche soñé contigo.
Todo es tan real entre el sueño y la vigilia del insomnio,
creo que aún tengo un mordisco de tu risa.

Se aprende con los daños,
el folio es una cuchilla que no mancha.
Anoche escupí al paredón de fusilamiento,
nunca algo salido de mi boca me ha reflejado mejor.

Te quería más cuando estaba segura de que tú a mí también.
Otros menos que tú ya lo intentaron y salieron más vivos.

Perdón por la hemorragia, pero te echo de menos.

Te quiero,
la culpa no es de nadie,
me sale sin querer.


martes, 9 de febrero de 2016

Subtítulos




Una geisha degradada, así me sentía esta mañana.
Como si aplicar una capa de maquillaje sobre la piel fuera capaz de ocultar los sentimientos.
El negro es mi color feliz.

Un globo de fiesta cogiendo polvo en alguna esquina.
Desinflada, como si alguien me apretara los pulmones en busca de fe de vida.
Si el frío de la calle, si los copos de mis ojos.

Una náusea, una perra flaca intentando hincarle el diente a sus propios huesos.
Como guardar cada lágrima para recordar que ya una vez morí de sed y sobreviví.
Porque hierba mala no muere, porque larvas es otro estado de vida.

Una punta de iceberg, superficial.
Como congelar el tiempo a la espera de su adiós.
Manos escarcha interpretando el amor de titiriteros titiritando de frío.

Una generación del todo a cien, del siempre a cien.
Como dar las gracias por enamorarte de mis ojeras.
Como tú hablas de mí, me gusto hasta yo.

Que la tristeza no se puede contar ni sujetar con los dedos
pero ser feliz es como correrse o salir de fiesta.
Siempre sale mejor cuando es compartido con alguien.

Todos los días son buenos, sólo que a veces nos quieren enseñar algo.
Esta mañana era yo.
Una rave de cicatrices con subtítulos para tu cuerpo.

Que no es vuestro cielo, es mi infierno lo que me preocupa.

domingo, 17 de enero de 2016

Estoy a 30 minutos de ahí, llegaré dentro de 10



Jamás me atrevería a compararos con él,
decir que es único me convertiría en una mentirosa,
torres más altas cayeron. Eso debe pensar la Torre Picasso a la sombra de un Skyline iluminado.
Fue toda una casualidad planificada, quizá debí haberle dicho "llevo más de un rato esperando".
Sé que él piensa que llegué seis meses tarde y aun así me daría cinco minutos más de cortesía.

Nunca seréis él.
Podéis intentar fijar la mirada en la misma peca donde la fijo él, pero sus ojos se clavaran siempre a dos escalofríos más profundos que los vuestros.

Nunca cantaría vuestras canciones como me gusta dejarme en ridículo con las suyas y jamás me haría pequeña en vuestros brazos, que ya tengo tres casas, porque no me dejaríais pasar sin permiso. Porque no me dejaría, porque la jaula se ha convertido en balcón.

Podéis intentar que sea sincera pero solo él sabe que miento. Nunca os pediré un abrazo o intuiréis que estoy sonriendo cuando ni siquiera me estáis viendo. No querré preguntaros si estáis dormidos, ni querré pasar más de ocho horas con vosotros durmiendo.

No sabríais hacerme reír y jamás os permitiría que me dijerais que no llore. Podríais dar la cara por mi pero no os la partiría a besos. Nunca sería el perro de Pávlov con vuestro nombre.

La música es solo música con vosotros,
el café sabe descafeinado sin él,
el tabaco es solo un vicio con vosotros
y aunque durmiera con vosotros, le daría los buenos días a él.  

Jamás os compararía con él
y no porque sea injusto para vosotros,
sino porque jamás compartiría con vosotros su nombre.

sábado, 9 de enero de 2016

Paracetamol Is The New Black




Las salas de espera de los hospitales,
literalmente un par de metros cuadrados hasta los topes de cuerpos descomponiéndose lentamente.
El único lugar donde todos se permiten ser vulnerables y realmente humanos.
A nadie le cuesta tender un kleeneex, apretar una mano, sostener una cabeza...en resumen, ser solidarios.

Humanos, que es lo que somos, por mucho que finjamos ser poco más que máquinas intentando imponer la ley de nuestro cuerpo a la fuerza de la vida. La verdad es que el ritmo de vida nos sobrepasa, el estilo de vida del que tanto presumimos y que tantos años de evolución nos ha costado alcanzar nos está matando. La moda nos contamina, la comida nos contamina, el mismo aire que respiramos está contaminado. Pero no hay que preocuparse, todo va bien, sino que se lo pregunten a nuestros políticos.

Somos una sociedad sintética.
Donde para comer fresas no hace falta que sea verano y si algo va mal no pasa nada, tiramos de cirugía estética. A veces me pregunto si sacarán tanto implante de tetas de las que le sobran a un niño con sobrepeso. El Ying y Yang.

Spinning, lifting, yoga...qué putada no llegar nunca a ver tu cara con 60 años. Prefiero llegar a los 40 con la tripa llena del peso que genera una vida plena, a acabar sentada a los 80 con los glúteos de Jennifer López en una silla de ruedas.

El culto al cuerpo frente la defensa a la cultura.
Paraos a pensar por un momento que El David tenía el pene del tamaño de un cacahuete,
claro que igual por eso lo hacéis.

Seguid así y lo único que dejaréis para el recuerdo serán vuestros implantes, extensiones, dentaduras postizas y uñas de porcelana. Seguid así, ya me voy yo a atentar contra las salud, a beber cerveza hasta que se me hinche la tripa y a quemarme el paladar por no esperar a que se enfríe la pizza.

Total, ''polvo eres y en polvo te convertirás''...
por mi parte prefiero a Quevedo, porque sí  ''polvo serán, mas polvo enamorado''.