jueves, 29 de enero de 2015

No lo pierdo, lo ofrezco


Nací enferma de inmortalidad,
de suicidios de una noche.
Soy lugar, no tiempo.
Espacio temporal
que se esfuma a la tercera copa.

Tengo un universo en el vientre
donde han reposado otras vidas junto a la mía.
No sé si lo que noto es el eje gravitatorio de la Tierra
o la pérdida de mi equilibrio.

Todas las profecías hablan de la destrucción del mundo,
pero nunca me oiréis recitar el Credo de memoria
y es que la única sagrada escritura en la que confío
es la recogen los libros de poesía.

Soy el ejemplo de que aprender a base de ''sigue rascando''
da resultados extraños.

Estoy practicando en eso de querer a los demás,
estoy practicando aún más en eso de quererme a mi misma.

Se han dado casos en el que el día más feliz de mi vida
ha sido una persona.

Morimos de pena en los bares buscando a alguien más triste.
After hours y purpurina,
sumando los pedazos de cada uno
hacemos una persona entera.

Que el garrafón nos pille confesados.
Venus de Milo haciéndose rallas en el baño,
la culpa es del capitalismo que las viste como putas.

Lo que no te mata te convierte en alguien diferente.
A mi que me lleven versos a mi tumba de flores.

Niebla en el cerebro
y viento en el corazón.
Es la tiniebla absoluta.

Yo, yo sola
sin espacio ni tiempo para llorar.
Porque no soy minutos,
soy tierra.

Venid conmigo a morder el polvo
porque la única caída que duele
es la del olvido.