martes, 2 de julio de 2013

y ahora quién va a limpiar todo este puto desastre



Que tibios pueden ser los besos en verano y que confuso se vuelve todo cuando dos cuerpos desnudos se encuentran a plena noche en una habitación.Pasan las horas y ya no se si lo que saboreo es tu sudor o es el mío, de lo único de que estoy segura es de que si cierro el telón ya no hay más negro ,sino el verde de tus ojos.

Cometimos el error de querernos solo por las noches, pero joder que pequeña se nos quedó Madrid. Chillábamos a las estrellas y bailábamos descalzos sobre la ciudad.Convertimos el asiento de atrás de tu coche en nuestro pequeño paraíso y aún a veces creo sentir tus manos sobre las mías cuando me intento liar un cigarro.

Hay fragmentos de mi vida que reservo solo para ti y es que posiblemente seas el culpable de muchas de mis manías, algún día cuando sea mayor me sentaré en silencio y dejaré que los restos de lo fui me hablen de nosotros.

De las películas de zombies y nuestro platónico amor por Tarantino; de como jugabas entre mis piernas mientras te hablaba por décima vez de lo bonito que es Whitman en primavera, de la forma en la que balanceas los pies cuando escuchas música; de como acariciabas la guitarra y te reías de mi cuando decía que Shakespeare escribió sus versos más bonitos pensando en nosotros.

Alguien dijo alguna vez que se nos veía muy enamorados, pero de eso hace ya muchos rumores.Lo que es seguro es que no fuimos el primer beso que vió la Puerta del Sol.Seguir hablando de nosotros sería egolatría, pero lo único que pretendo es que todos sepan que un día fuimos un nosotros y que éramos hermosos.

Creo que no es tanto la tristeza, la melancolía o el desasosiego como esa urgente necesidad de decirlo todo a cualquier precio.Y diré que no hubo un ''fueron felices y comieron perdices'', pero nos haciamos cosquillas y fumábamos hasta el amanecer, y eso es lo más cerca que uno puede estar del cielo.