lunes, 23 de enero de 2017

ATELOFOBIA





*O el miedo atroz a no ser suficiente.*





Decir "te quiero" es inútil, 
de la misma manera en la que decir "puedo volar"
no significa que realmente puedas hacerlo.

Puede que tenga el esqueleto hecho de barro,
puede que finalmente haya sido tan perra que tenga coledocitis.
Jodeos, los de letras también sabemos buscar enfermedades en Google.

También sé que a veces vomito
y luego juego a las tabas con los huesos de mi niña interior;
y con los de la tuya.
Y lloro, lloro el 70% del agua,
para que nunca tengas que pronunciar la palabra "resaca",
para que nunca te hagan llorar un desierto.
Me descompongo en pequeños pedazos de asco y nadie se atreve a sujetarme el pelo.

Podemos jugar a ver quién se ríe antes
pero me parece una lástima desperdiciar unos ojos tan tristes.

Cuando era pequeño casi me arranco la lengua de un mordisco,
si no me envenené fue solo porque todavía no sabía hablar.
A veces beso las rodillas con rasguños de mi niña interior
y luego ella me besa todas las heridas que solo se ven por dentro.
Dice que así aprendió a contar.

Considero una catástrofe natural que tu grupo favorito no escriba sus letras.
Me hacen gracia las novias que lloran
y me parece que follar conlleva lo mismo que alimentar un animal con las manos.

Es absurdo creer en lo que no nos destruye.
No hay más Dios que en las guerras que se inician en su nombre.
Por eso a veces no me fío,
porque tienen cara de querer inmolarse en mi nombre;
y soy tan humana que la onda expansiva nos acabaría llevando a los dos por delante.

Voy a mantenerme viva solo por joder.

No soy un salvavidas.
¿No veis que hago aguas por todos los lados?
Soy la pesadilla de los ahogados.
No estoy aquí para besaros las heridas que os hayan hecho los demás.
No es vuestro derecho divino.
Que estoy llena de llagas
y me preocupa que las confundáis con entradas y no con salidas de emergencia.
Que no puedo, que aún tengo la boca cosida de cicatrices de la última vez.

Aunque héroes también son aquellos que aún acordándose de las cicatrices se vuelven a enamorar.

Ingenua de mí por pensar que el mundo no era el aborto de un dios loco.
Desde que nací he querido ser yo,
pero todavía no lo he conseguido.

Aún no he encontrado respuestas,
pero ya no me importa.
Cualquier dirección es posible si me protegen las espaldas y la sonrisa.

Aún me duele, 
pero he dejado de herirme a mí misma.
Porque daño es que él piense que quizá se lo haría.

Aún huyo,
pero ya no hago rehenes.
Mírame a los ojos y ten el valor de sonreírle a la pena.