lunes, 2 de noviembre de 2015

Primera persona del Pretérito perfecto simple del verbo amar, y tú no





Me estabas dejando morir,
matándome de hambre.
Sujeta por los clavos de un amor sin corazón.
''Te todo''- dijiste,
mientras sujetaba en las manos tus cicatrices.
Pero cuando algo está tan roto sólo duele.

Y así, sujeta a tus carencias
tú sacabas la cuenta de las mías.
Como si pudieras empujarme más abajo,
como si esperaras un ''perdón'' por lo poco de ti que me he llevado conmigo.
A sabiendas de que a estas alturas,
el punto de apoyo que mueve el mundo
sólo lo encuentro con los dedos en tu nuca.

Tu juego de sábanas,
en el que te niegas a que entren dos.
Porque 4 brazos entre 4 esquinas, aprietan y ahogan
y no voy a dejar morir mis miedos donde vayas a sudar con otra.

Suerte de tener los labios divididos
para poder corresponder a todas.
Me pregunto cuantas otras han querido partirte la boca
tan literalmente como yo.

Ya no me creo nada.
Abusas tanto de las palabras que han perdido todo su valor.
Sigue sonriendo en la fotos,
que el resto no sepa que detrás de esa fachada no queda nada.

Me dejas morir.
Sin embargo, tú eres otro muerto en vida
empeñado en ir comiéndole la cabeza a la gente.
Pero me matas de hambre.
Me matas,
porque obligas a mi corazón a bombear por los dos.

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