martes, 17 de diciembre de 2013

Yo, mi, me, con mi liberación



Vengo a confesarme, no en busca de una absolución.

Llevo semanas enfadada con el Mundo cuando con la única con la que debería estar enfadada es conmigo misma. Y al parecer lo único que necesitaba para darme cuenta no era más que una hora de sueño. Llevaba un rato peleándome con la pantalla del ordenador buscando las palabras correctas y perfectas para lograr hacerme entender. pero tampoco busco eso. Así que finalmente he decidido dejar de pensar.

Estaba convencida de saber quien soy, de saber que quiero. Nada más lejos de la realidad.Lamentablemente ,o quizá por fortuna...Al final, como era lógico, el problema no se encontraba en lo que me rodea; sino en mi misma.

Supongo que todos hemos tenido alguna vez esa necesidad de querer encajar y yo en mi afán tremendista me he dedicado a la persecución extrema de tan absurda y a la vez tan común necesidad. No os preocupéis, porque para esta entrada me he olvidado el tremendismo en los bolsillos de otros pantalones y he decidido de una vez por todas convertirme en ese tipo de persona que no se queda estancada en los errores lamentándose una y otra vez, sino que toma las riendas de su vida y aprende de ellos.( breve auto ovación )

Todo se resume al miedo irracional y la falta de cojones frente a una palabra breve pero muy poderosa: ``SOLEDAD''. Es irónico que sea una palabra, que normalmente son la razón de mis sonrisas más grandes, la que me haya conducido hasta aquí.

Esta susodicha palabra. barra sentimiento, barra pesadilla, hace que me sienta minúscula y avergonzada si ando a solas por la calle, que baje la mirada ante grandes multitudes, que se me alborocen las palabras cuando llega el momento de hablar en público, que tenga que morderme la lengua cuando lo que en verdad quiero es gritar mi opinión, que tenga que esconder las manos en las mangas de las chaquetas si alguien me mira fijamente e incluso que me falte la determinación suficiente para ir sola al baño en un bar.¿Comprendéis lo que quiero decir  o debería ir pensando en comprarme la camisa de fuerza?

Lo malo no es todo eso, sino que a los 19 años (sí sí como lo oís ,siendo apenas solo una bebita) ; ese miedo irracional a quedarme sola me ha llevado una y otra vez a querer a la persona equivocada, a forzarme a quererla, a forzarme a cambiar quien soy para acoplarme a ella. En resumen, me ha forzado a enamorarme una y otra, convirtiendo el amor en la piedra angular de mi vida pero dejando de lado el tipo de amor más importante: el propio.

Y no es que solo haya compartido mi vida con verdaderos cabrones, tampoco con verdaderos caballeros. Por que aunque suene a cutre tópico, no todo en la vida es blanco o negro. El problema es que cuando los perdía a ellos me perdía a mí; me sentía completamente descolocada, abandonada . Como el yonkie que vende las joyas de la familia al borde de la estacada para poder pagarse un nuevo pico. La búsqueda constante de alguien que me quiera y a quien poder querer, para volver a sentirme visible a los ojos de la sociedad. Para volver a sentirme útil. Completa.

Pero si me permitís daros un consejo, diré que la soledad no es mala. De hecho me atrevería a decir que es necesaria, útil, indispensable. Nos permite conocernos a unos mismos, madurar, meditar sobre los demás, entenderlos mejor, nos permite sacar en limpio los detalles de nuestra vida, nos ayuda a definir quiénes somos y quienes queremos llegar a ser.Nos ayuda a comprender que no todo serán siempre victorias, que debemos ser capaces de plantarle solos cara al Mundo, que las decisiones de nuestra vida , sean grandes o pequeñas, son sólo nuestras; que somos los dueños de nuestro propio destino y que ya está bien de buscar excusas absurdas que lo único que hacen es esconder medias tintas y ponernos una venda frente a la realidad.

Se acabó ser ese tipo de persona que necesita la aprobación de los demás.Soy como soy. Yo y mis circunstancias.Quiero poder mirarme al espejo y dejar de ser esa chica que necesita un chico para poder ser feliz.  Ha llegado el momento de recuperar mi corazón, de quererme a misma, de ser mi propio amante . Os hago a todos testigos de esta nueva etapa de mi vida.


Creo haber demostrado muchas veces que se bailar ; pero ha llegado el momento de aprender a hacerlo sola.

1 comentario:

  1. Nunca estarás sola. Aquí estoy yo. Algún día encontrarás al príncipe azul/blanco/negro/amarillo, cuando menos te lo esperes y cuando menos lo busques. Estoy segura.
    Me alegro mucho de esta nueva etapa de tu vida, me encanta este propósito de los 19. No puedes cambiar, no debes. Eres justa y especial y eso ni el mismísimo John Kortajarena hecho heterosexual tiene que cambiarlo.

    Besos de purpurina.

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