jueves, 3 de enero de 2013

Podrán cortar todas las flores,pero no podrán detener la primavera

 



La despierta el dulce olor del heno que  es arrastrado por la brisa a través de  la ventana, sus ávidos ojos verdes se asoman al vidrio y se cargan de información. Hace una tibia tarde de Primavera.Estirándose sale de cama, se calza sus gastadas botas de cuero, se arregla el delantal de diminutas flores de encaje que adorna su vestido y coquetea un rato con su propio reflejo en el espejo.La casa esta en silencio, posiblemente sus padres hayan acudido al mercadillo de la parroquia.Se ha levantado de especial buen humor de la siesta y no piensa desperdiciar tal vitalidad esperando a que sus padres lleguen, y mucho menos si ello significa permanecer en la tediosa salita mientras se marchita con alguna cargante labor de  costura.
 Baja trotando las escaleras y realizando un exquisito giro, casi propio de una experta bailarina, sale con paso presuroso por la puerta de la casa. Las sensaciones son inmediatas, sus sentidos se cargan de olores: hierba, hojas de manzano, barro y flores que acaban de nacer...y así ,embriagada por tan dulces olores y mecida por el calor de la Primavera, abre la puerta de la verja y abandona el pequeño caserío que es su hogar.Suelta los lazos de su pelo y sonríe con la caricia del suave viento en su cara.Baila, recoge flores, frutos y deja que sus manos se zambullan acariciando las altas hierbas del camino, y mientras disfruta de las pequeñas ventajas que la ofrece el campo, escucha un agudo silbido que procede de lo alto de la copa del ``Viejo Árbol''. Echando mano al bajo de su falda se la remanga y sin más dilación corre al encuentro del sonido.
Ayudándose de las raíces comienza a trepar, clavando sus yemas en la corteza y sintiendo el duro roce contra las ropas.Cuando ya está lo suficientemente alto levanta la mirada, y ahí esta él, tumbado sobre una gruesa rama, con el sombrero de paja cubriendo sus ojos del sol y silbando con una sonrisa bobalicona, la viva imagen de la serenidad. Sus manos descansan tras la cabeza y sigue el ritmo de su propia canción balanceando un pie  que se le descuelga de la rama.Divertida por tal espectáculo vuelve a remangarse la falda , esta vez ata el bajo de la misma a la cinta del delantal para que no la moleste,y sigue subiendo como un pequeño pajarillo hasta su objetivo.
Lo observa durante unos segundos en silencio, es uno de los típicos chicos del pueblo.Sus rasgos son duros y adustos , aun así su espeso pelo cobrizo y su ancha espalda lo hacen bastante atractivo, recuerda que la primera vez que hablo con él en la feria del pueblo no pudo evitar sonrojarse cada pocos segundos, lo que provocaba las carcajadas del desvergonzado chico.
Se inclina levemente en su rama apoyándose en el tronco para  tener acceso a él y aguantando el equilibrio ,con la mano que aún tiene libre da tres ligeros golpecitos en el lado izquierdo del pecho del joven.

-¿Hay alguien ahí?-Pregunta cargada de candidez

El chico se tensa ligeramenete, se destapa la cara y mira con unos ojos negros llenos de curiosidad

-Depende de quién pregunte por ello-responde mientras se dibuja una sonrisa un tanto fanfarrona en su cara

-Aquella que lo  desea más que nadie.

1 comentario:

  1. Es un placer leerte, Smurf, pues haces fácil lo difícil. De lo menudo alcanzar enorme altura. Controlas vocabulario y suavizas el nexo de las palabras. Sigue escribiendo y será placer -como ya te dije en algún otro comentario "anónimo"-.

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