I'm a cowboy, on a steel horse I ride

Y un día se cansó de fingir, de ser lo que todo el mundo esperaba que fuera, de estar triste. Se calzó sus tacones más altos, compró una botella de buen whisky y salió a comerse la ciudad cogida de la mano de su mejor amigo.
Se dejó abrazar por el calor de los bares, chilló, buscó el amor de gente desconocida,permitió que el tabaco reposara en sus labios.Cuando ya escaseaba el dinero y su boca borracha dio un último trago a la botella vacía, buscó el último bar. Entró decidida, con la sangre ardiéndole en la venas y sin dedicar más atención de la necesaria a las almas que allí reposaban ,se acercó al DJ y le pidió que pusiera su canción favorita. Se descalzó y con ayuda de su mejor amigo subió de un salto a la pegajosa barra y al tiempo que comenzaban los primeros acordes de Wanted dead or alive de Bon Jovi, comenzó a bailar al tiempo que liberaba su alma. Y gritó, desgarrando el miedo con cada nota y se olvidó de la palabra ética, y a medida que su corazón bombeaba con más fuerza comenzó a desacerse de los excesos de ropa que la ahogaban y se quitó el pesó de la vergüenza de encima.
Y subida sobre aquel escenario improvisado pensó absurdamente que quizá mañana los periódicos hablaran de ella como ``aquella loca que fue una anónima estrella de Rock por una noche en un perdido bar del centro de Madrid'' , o quizá no, lo único que importaba es que se había convertido por primera vez en la líder de una masa sudorosa, que palpitaba y coreaba al unísono el ritmo que ella marcaba. Y por primera vez en mucho tiempo volvió a ser dueña de su vida, reconoció en su persona la mujer que siempre había querido ser y antes de lanzar su cuerpo agotado sobre el público, dejó que una histérica sonrisa partiera su rostro y volvió a hacer las paces con la vida.