sonríeme que ya vendrán tiempos peores

Son las fiestas del pueblo, siente el fresco de la noche mientras espera sentada a que la atracción se ponga  en marcha.El aire huele a verano, a palomitas, a gominolas y  a pólvora del puesto de tiro.La música esta demasiado alta y las luces parpadeantes de colores que decoran la  atracción la marean, pero le gusta esa sensación, le gusta estar sentada en la oxidada atracción mientras él le sujeta la mano.El asiento empieza a temblar y esa especie de pulpo de metal cobra vida propulsándolos hacia arriba, lo que a ella con sus apenas 8 años le parece bien alto, casi rozando el cielo. Canta, chilla, siente como el viento juega con su pelo cada vez que sube, se gira hacia él y se besan, su primer beso. Se sonríen y apretándose más fuerte la mano se sueltan de la barra protectora de gomaespuma que tienen enfrente, grita rasgando la noche y cierra los ojos para aumentar la sensación de estar suspendida en el aire. Cuando vuelve a abrir los ojos se encuentra de pleno sentada en el parque de Plaza de España, es de noche y hace frío. En su mano reposa un vaso de plástico helado cargado hasta arriba de alcohol, ya no siente emoción ni excitación, esta vacía, hueca por dentro.Se hace pequeña dentro de su chaqueta mientras escucha las carcajadas impregnadas de alcohol de sus amigos y es entonces, cuando su alma se consume que se pregunta si realmente merece la pena crecer y madurar.